Errores al instalar sensores industriales que provocan fallas en la producción

Errores al instalar sensores industriales que provocan fallas en la producción

Montar sensores industriales parece sencillo… hasta que tu línea decide hacer paro porque algo “mágicamente” dejó de detectar. La realidad es menos místico y más humana: los errores de instalación son uno de los culpables más frecuentes de fallas, scrap y pérdidas que queman cualquier presupuesto.
 Si quieres evitar que tu operación se convierta en una ruleta rusa, aquí te dejo —sin rodeos— los errores más comunes y cómo evitarlos.


 

1. Montaje incorrecto: el clásico que nadie quiere admitir

Un sensor mal colocado es como poner una cámara apuntando al piso y luego quejarse de que “no capta nada”.

Los problemas típicos:

  • El sensor queda demasiado lejos o demasiado cerca del objetivo.

  • Se monta en ángulos ridículos que comprometen la lectura.

  • Se instala donde vibra, se mueve o recibe golpes… y luego se sorprenden de que falle.

Cómo evitarlo:
Revisa las distancias de sensado recomendadas por el fabricante, monta en superficies rígidas y usa soportes diseñados para reducir vibraciones. Si tus sensores industriales necesita ver, que vea. Si necesita escuchar, que escuche. Y si necesita contacto, dáselo. Así de simple.

 


 

2. Seleccionar un sensor “porque estaba en stock”

Este error es casi deporte nacional en algunas plantas.

¿Qué pasa?
Se instalan sensores que no están diseñados para el ambiente:

  • Sensores sin protección IP para zonas húmedas

  • Sensores de plástico en zonas con químicos

  • Sensores con un rango de temperatura que no aguanta ni la mitad del proceso real

El resultado: lecturas inestables, fallas intermitentes y reemplazos constantes que multiplican costos.

La solución:
Antes de elegir, define ambiente, temperatura, distancia, tipo de material del objetivo y velocidad del proceso. No es glamour; es ingeniería básica que salva millones.

 


 

3. Mala ubicación: cuando el sensor ve todo… menos lo que debe

Un sensor industrial colocado en un lugar “cómodo” para quien lo instala es una receta para el desastre.

Ejemplos reales (sí, pasan):

  • Sensores ópticos enfrentando luz directa.

  • Sensores de proximidad junto a motores eléctricos que generan interferencia.

  • Sensores tapados por el mismo equipo durante el ciclo de operación.

Cómo corregirlo:
Mapea el recorrido real de la máquina. Observa interferencias posibles. Revisa líneas de visión. Instala con visión de futuro, no con visión de 5 minutos.

 


 

4. Cableado improvisado o de mala calidad

No hay nada que mate más rápido un sensor que un cable quemado, pelado o mal protegido.

Errores comunes:

  • Extensiones hechizas sin protección

  • Conectores flojos

  • Tramos demasiado largos que provocan pérdida de señal

  • Cables pasando junto a líneas de alta potencia (interferencias aseguradas)

Prevención:
Usa cableado industrial, rutas protegidas y revisa las recomendaciones del fabricante sobre distancias máximas. Y por favor: aprieta bien ese conector, no cuesta nada.

 


 

5. Ignorar la calibración inicial

Montar un sensor y no calibrarlo es como comprar lentes nuevos y usarlos sin graduación. Funcionan… pero no como deberían.

Ejemplos de fallas:

  • Sensores de presión que marcan valores erróneos

  • Sensores ópticos que no diferencian entre pieza buena y mala

  • Sensores de temperatura que reportan variaciones fantasma

Solución:
Haz una calibración con condiciones reales: temperatura, carga, velocidad, iluminación. Todo lo demás es voluntarismo.

 


 

6. No considerar el mantenimiento preventivo

Muchos equipos fallan no porque sean malos, sino porque se les exige funcionar eternamente sin el más mínimo cuidado.

Señales de descuido:

  • Polvo acumulado en sensores ópticos

  • Vibraciones crecientes que desajustan montajes

  • Conectores sulfatados

  • Sensores golpeados que “aún funcionan… pero raro”

La receta para evitarlo:
Establece rutinas mensuales de revisión, limpieza y reapriete. Toma 10 minutos y puede ahorrarte un paro de producción.

 


 

7. Falta de pruebas después de la instalación

La frase “ya quedó” sin pruebas es una sentencia de muerte técnica.

¿Qué debe probarse?

  • Repetibilidad del sensor

  • Respuesta en diferentes escenarios del ciclo

  • Comportamiento ante variaciones ambientales

  • Integración con PLC o controladores

Una instalación sin pruebas exhaustivas es una apuesta ciega. Y en manufactura, las apuestas salen caras.

 


 

8. No capacitar al personal

Puedes tener los mejores sensores del mundo… pero si nadie sabe ajustarlos, limpiarlos o diagnosticarlos, durarán lo que dura un buen chiste.

Consecuencias:

  • Ajustes inapropiados

  • Golpes accidentales

  • Cambios de parámetros sin registro

  • Diagnósticos improvisados que causan más daño que la falla original

Solución:
Entrena al equipo. Dedica una hora. Les das herramientas, reduces errores y volvemos al objetivo: procesos estables.

 


 

Conclusión

Los sensores industriales son pequeños, discretos… pero cuando fallan pueden detener una línea entera. Evitar errores de instalación no requiere magia: solo disciplina, visión y buenas prácticas. Si cuidas bien tus sensores, tus procesos serán más estables, tus datos más confiables y tus costos mucho más bajos.

Si quieres un sistema de sensado robusto, escalable y bien integrado, podemos ayudarte.

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